lunes, 13 de diciembre de 2010

Trabajo uno a uno

Hoy me tocó volver a mi escuela a las sesiones de asesoría, y como se nos ha vuelto costumbre, únicamente utilizamos un par de horas para ultimar detalles y acordar fechas para entregar avances, tareas, fichas y demás...
Puesto que a petición de mi asesora, llegué excesivamente temprano, ella se sirvió el prestarme un espacio y un disco con una video-conferencia para que la revisara y tomara de ella, todo lo que pudiera servirme.
La conferencia llevaba por título "Principios y vías para la corrección neuropsicológica de los problemas en el aprendizaje escolar"; la conferencista era, -me parece- de nacionalidad rusa y era auxiliada por una intérprete que, como mero dato cultural, tampoco era mexicana.
Les mentiría si les dijera que no me distraje en más de una ocasión e incluso mis seguidores en Twitter, son testigos de que me la pasé "twitteando" gran parte de la mañana, en torno a la conferencia, eso sí.

Entre otras cosas, la conferencista daba algunas estrategias y ejemplos de actividades -apoyando la información en una fotografía- que se pueden realizar en el trabajo de la corrección motora, lingüística y conductual.
Proponía el trabajo tipo terapia y organizando a los niños en diadas, donde los participantes fueran cognitivamente similares y conductualmente, complementados, es decir: un niño "lentificado" (no me gustó el término, pero ese se empleó durante la conferencia) en su comportamiento, haciendo equipo con un niño hiperactivo o inquieto.

...con un niño hiperactivo o inquieto...mi mente voló hasta la razón de mis adecuaciones en mi centro de práctica: esa pequeña cara intranquila con coletas...
"Se recomienda no llamar de manera constante al niño inquieto, no pedirle que pase al pizarrón o que acuda hasta donde estamos"
Le atribuyo gran parte de la situación a lo dulce que me pareció la voz de la intérprete pero esas palabras prendieron un foco rojo en mi cabeza y comencé a prestar mayor atención y cerré el Twitter por completo.
La conferencista comenzó entonces a hablar del trato con niños hiperactivos en las anteriormente mencionadas diadas y apareció en el proyector la imagen de dos niños en el piso colocados en cuatro puntos (que de hecho son seis si contamos las rodillas), mirándose de reojo y sonriendo; decía la intérprete "en una actividad similar se le pediría al niño hiperactivo o inquieto que para ganar, debería ser el último en alcanzar la pelota" (ambos niños tenían una pelota enfrente) "esa sería la condición para que el niño ganara, ser el último".

Y siguió hablando de ejemplos de actividades que se pueden trabajar con los niños inquietos...trabajo en diada, UNA sola diada, no un grupo dividido en diadas, no, UNA sola diada...
a veces formándola con otro niño y a veces siendo el adulto el otro integrante de la diada.

Volví a abrir el Twitter...no puedo esperar que el resto de mis alumnos se enfermen para trabajar con "mi niña inquieta" en diadas, y aunque podría ser una alternativa, no podría adecuar todas las actividades a "varias" diadas puesto que la naturaleza de muchas de ellas es como el ping-pong.
Y entonces vine a convencerme de aquello que ya sabía...El trabajo uno a uno...el trabajo tipo terapia, el trabajo individualizado, tipo institutriz, denle el nombre que quieran, es una fuerte alternativa para la Educación Especial...para esos "casos especiales" dentro de la misma Educación Especial.

-¿maestra, puedo incluir dentro de mi propuesta alguna idea que sé que me rechazarán por la imposibilidad de su ejecución?-
pregunté a mi asesora al final del día,
-sí, si puedes- me dijo ella
-¿aunque vaya contra las políticas educativas actuales?-
-¿cómo cual?-
-el trabajo uno a uno...-

Y entonces mi asesora hizo el gesto que siempre hace cuando quiere decir que sí pero sabe, que por normatividad, tiene que decir que no...

domingo, 12 de diciembre de 2010

Justicia

A mí me sucede mucho que al inspeccionar mi manera de actuar y reconocerla como la más correcta -no siempre es así-, me da por descalificar todas las demás maneras, me da por verlas irracionales e incomprensibles y me da mucho más por hacerme proselitismo.
Ésto no me sucede con todos mis procederes, una que otra vez también me miro y me re-miro diciéndome: "ésto deberías hacerlo de tal o cual forma, aquella persona se mueve de mejor manera en ésta situación".

Tristemente deduzco que soy una intolerante, pero a diferencia de esos pavo-reales envidiosos que abundan el planeta, yo me mido con la misma vara con la que los mido a ustedes, gente del mundo.
No me justifica mi extraño sentido de la justicia por que igual me la paso escudriñando cada situación, pero al menos, me consuela.

Podrán acusarme de intolerante, si tal vez...pero jamás de injusta.
Y que quede sellado.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Estereotipo

Ésta mañana me tropecé con un estereotipo, lo describiré por mero trámite: Llevaba una falda corta, con una ligera abertura en la pierna izquierda, la falda era negra por supuesto y sus piernas eran largas y bien torneadas, obviamente, iban bien disimuladas por unas medias color natural; la falda dejaba ver sus rodillas: dos pequeños óvalos sonrosados y no se observaba en ellas ningún rastro de aquella aventurera infancia que supuse tuvo.

Sus pequeños pies calzaban unos puntiagudos tacones rojos a juego perfecto con el tono de su blusa de mangas cortas y que llevaba dos botones sin abrochar, lo que dejaba al descubierto algunos centímetros de una delgada cadena de plata de la que colgaba un relicario con forma de corazón.
Pasaba ya del mediodía así que la ausencia de un saco, suéter o similar se encuentra bien justificada.

Llevaba en las manos algunos papeles carentes de aparente orden y un pequeño maletín tipo portafolios pero mucho más femenino.
Su largo cabello rojo artificial volaba con el viento y caía sobre sus hombros dibujando un hermoso y lacio marco, un fleco de lado y peinado a la moda adornaba su frente y completaba la imagen.
¿Qué más puedo decir? Suficiente maquillaje y un rubor muy natural, labios rojos y brillantes, rimel y aretes discretos pero visibles.
Era delgada y atrayente. Yo no podría definirla como guapa por que no sonreía y caminaba muy deprisa, sus ojos se fijaban siempre en las cosas más insulsas: los tacones de la chica de al lado, el rostro del hombre que fumaba un cigarrillo en la parada de autobús, los escaparates, el reloj...

Tropecé con ella y con su mundo veloz, y giró sobre sus tacones para mirarme de reojo y dirigirme un "¡au!, ¡ten cuidado!"
¡¡Lo siento!! alcancé a gritarle con la esperanza de que al menos un grito sin sentido se colara entre el ruido de la ciudad y el tránsito vehicular.

Ya no quedan muchos como ella...la mayoría los atrapamos en novelas y cuentos de fantasía...
Debe ser por eso que va tan deprisa...huyendo de los subversivos que poco a poco y a punta de machetazos aniquilamos eso, que debiera ser.

martes, 5 de octubre de 2010

Las letras que nadie leyó

Raquel fue la primera mujer anacoreta conocida en la historia -y quizá la única-. En su rústica y pequeña casucha montañesca guardaba cientos de libros que no se cansaba de leer y re-leer una y otra vez.
Dedicaba las mañanas al cuidado de sus hortalizas, las tardes las dedicaba a leer y por las noches, simplemente dejaba que el tiempo transcurriera mientras ella rumiaba en su pensamiento todo lo que había leído durante su vida, cruzándose de vez en cuando por su cabeza, algún recuerdo del tiempo compartido con otros seres humanos.
Para Raquel aquél tiempo estaba tan lejano que nunca pudo concluir si sus recuerdos eran ciertos y vivientes o simples telarañas que su cabeza había tejido, engañándola, haciéndola creer que entre las personas, alguna vez aprendió algo.
En sus estantes se dibujaban toda clase de títulos: todo el conocimiento, todo el arte, toda la historia, toda la matemática; Raquel leía de todo y así mismo, acerca de todo pensaba.

Raquel pensaba y le daba vueltas a sus ideas haciendo pequeños tejidos hasta que el sueño la vencía y los pequeños pilares de ideas se congelaban poco a poco, derritiéndose con el alba y desapareciendo por completo cuando Raquel despertaba.

Cada noche sucedía lo mismo: Raquel pensaba y volvía a pensar en la situación humana, en la duda de la existencia, en la complejidad del amor y la belleza del cuerpo. Llegaba un momento en el que lograba dar respuesta a sus crecientes dudas y dormía tranquila y satisfecha con sus resoluciones sobre todo eso que a los humanos...tan lejanos...les provocaba ansiedad.
Raquel nunca repetía un pensamiento. Aprendía de una vez y para siempre y ello hacía que cada noche el ejercicio fuera completamente atrayente y digno de dedicarle tiempo y paciencia. Todo era espontáneo. Raquel nunca planeaba que pensar y tampoco se guardaba una relación exacta entre las lecturas vespertinas y las reflexiones nocturnas.

La rutina era perfecta y exacta como las grecas de los manteles que Raquel se tejía para Navidad.
Un día -como cualquier otro- Raquel eligió un libro al azar y se dirigió hacia la modesta salita. Tomó su mecedora y comenzó leyendo la empolvada portada: "Ediciones Tikal. Enciclopedia del arte. Tomo..." La lectura quedó abruptamente interrumpida por el estrepitoso y repentino escape de la luz. Una gran nube gris ocultó el sol y apagó los rayos que iluminaban el libro que posaba sobre las rodillas de Raquel. Intentó escudriñar las palabras pero la casa quedó en penumbras a una velocidad impresionante y la incipiente tormenta la obligó a abandonar por completo la lectura.
Raquel respiró profundamente dejándose envolver por el viento y el olor de la lluvia. Dejó el libro junto a ella, en el piso y se recargó por completo en su mecedora. Cerró los ojos y el murmullo de la lluvia llenó su cabeza de imágenes y pinceladas, de preguntas y palabras, de recuerdos y pedazos de vida. Raquel se emborrachó de su propio pensamiento y todo emanaba de ella, como una pequeña fuente de letras de la que Raquel no podía dejar de beber...y al mismo tiempo, no podía dejar de destilar.
Por primera vez, Raquel sintió preocupación por perder todo aquello. Temió olvidar toda esa fuente y no poder volver a beber de ella.
Todas sus respuestas, todas sus soluciones se irían perdiendo poco a poco y ella, tendría que volver a pensar. Se sintió desesperada y comenzó a llorar ante el inminente olvido de todo lo pensado. Raquel se aferró a su libro y se consoló pensando que al menos, siempre tendría sus libros, siempre podría leer y volver a pensar...

lunes, 23 de agosto de 2010

De los momentos y la vida

Dice mi amiga la marpoza que no todo puede ser tan malo en nuestras vidas, que siempre debe haber un equilibrio y que así como pasan cosas malas...malotas....malísimas.... también, en algún momento, un número exactamente igual de cosas buenas nos sucederá.
Fue corto su mensaje pero me hizo mover redes neuronales que ya empezaban a llenarse de óxido.

Por un momento muy largo, no me había dedicado a otra cosa que no fuera pensar en todas las desgracias que me han acontecido en los últimos meses, y olvidándome de los muchos motivos que tengo para sonreír, recargué mi energía en inventariar las pérdidas y en recordar todo aquello que me hizo feliz y que ahora, en su ausencia, sólo servía para torturarme.

Sin saberlo, mi amiga la marpoza me dió el último empujón para despertar del letargo. Me hizo recordar que la vida es un pic-nic, una tómbola, un montaña rusa....y que hoy estoy abajo pero que mañana, con la misma intensidad....estaré arriba y que mientras eso sucede, debo empezar a respirar profundo, debo empezar a dar un paso detrás del otro para llegar poco a poco y por mí misma...un poco más arriba.

Y lo mejor de todo...me hizo recordar que no estoy sola....y que como AA rehabilitada, puedo mirar a mi lado y encontrarme con ella y con ustedes y dar un paso a la vez....
Sólo por hoy.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Del crecimiento y las labores.

Estoy a punto de volver a la escuela, en muchos sentidos es un momento lleno de cambios: el último año de la carrera, la permanencia en el servicio de prácticas durante un periodo de tiempo considerablemente largo y con múltiples responsabilidades nuevas.
Hace bastante tiempo que no sentía tan vertiginosa la corriente de cambios, ni siquiera cuando entré al primer semestre en la Normal.

El último año de la carrera estará aderezado con muchos y tremendos cambios emocionales que cociné durante todo el verano...incluso, desde un poco antes. Es quizá esa la razón por la que miro todo un poco más grande de lo que es, miro todo un poco más estrepitoso de lo que es.

No voy a hablar aquí de corazones rotos y lágrimas frías y solitarias. Que todo lo que ya he dicho sobre el tema les sirva de preludio para permitirme el atrevimiento de hablar de mi propio crecimiento.

Es curioso pero yo para crecer, primero tuve que romperme. Me hice agua y mis corrientes fluyeron a su gusto y mi disgusto. Me hice arena y el más mínimo suspiro esparcía mi delicada corporeidad por todos los rumbos.
Y si....en efecto, me rompí después de haberme caído.
Que cruel eso de que en la vida tengamos que aprender a base de golpes extremadamente duros; esa situación me hace dudar de la capacidad de raciocinio del ser humano....sin un efecto grande, devastador y que deje pruebas...nada más no aprende....y no crece.

Pero bueno, ¿en qué estábamos? ¡oh! cierto. Pues sí....yo me caí igual que tantos y tantos incautos en éste mundo, el problema -y bastante grave por cierto- es que no me rompí en el momento, si no poco a poco. Como cáncer con metástasis me fui rompiendo un poco cada día; no voy a cometer la barbaridad de comparar ambos dolores por que los seres humanos tenemos cierta fijación a considerar los dolores físicos como temibles e inequiparables.
Pero dolía...vaya que dolía...con vómitos y toda la cosa.
Siempre pensaba (positivamente por supuesto) que ya no podía romperme más y de pronto...un trozo de mi cara, mis rodillas, mis manos o mi pecho caía y se reía de mí.
Fue terrible. El episodio más triste de mi vida. Algunas fibras cardiovasculares todavía se sacuden cuando lo escribo.

Después de un tiempo razonable, me tomé la paciencia de sentarme a la mesa en mi silla favorita, puse buena música y me serví una generosa taza de café con leche; en varias cajas de madera puse etiquetas autoadheribles: "cara" "pecho" "rodillas" en fin... y una por una fui acomodando las piezas en la caja correspondiente.
Hecho ésto, caja por caja, vacié las piezas sobre la mesa y comencé a darles forma. Hubo faltantes, hubo piezas con quebraduras y pedacitos desaparecidos....hubo la necesidad de crear piezas nuevas y resanar las dañadas.
En más de una ocasión tuve que llamar pidiendo ayuda y afortunadamente, también hubo más de una mano solidaria. Hubo momentos de desesperación en los que abandonaba mi labor y temí desertar de ella, hubo incluso, días en los que deshacía lo que ya había construido.
Pero también hubo días en los que me sentía muy valiente -cada vez un poco más- y armaba de una sola sentada un gran conjunto de piezas...había amigos, había momentos, había helado de limón...

Es increíblemente difícil eso de andar armándose a uno mismo pretendiendo seguir con los quehaceres cotidianos y las charlas diarias....pero no es imposible....


lunes, 2 de agosto de 2010

El club

Hola. Mi nombre es Paulina VL, tengo 21 años y soy un corazón roto.

Recuerdo claramente como fue que todo empezó, yo como la mayoría de ustedes, pensaba que ésto era inofensivo. El 8 de octubre del año pasado... ese día lo conocí completamente por que la verdad es que ya lo había probado antes.
Yo lo controlaba, no me hacía ningún daño, al contrario, yo sentía que volaba y que era lo mejor que me había podido ocurrir, poco a poco, fue ganando más tiempo entre todas mis ocupaciones pero a mí no me importaba. Yo era feliz.

Ya para enero estaba hasta el cuello, ya era una dependiente, y ahora que se los platico a ustedes, todavía me duele y me vuelve la ansiedad por tener un poco más.
Yo le dedicaba todo mi tiempo y siempre le tuve en un lugar privilegiado y a finales de abril simplemente lo vi caminar, alejándose de mí.
Ese día me convertí en un corazón roto e inútilmente traté de arreglarme yo solita....

Finalmente vine a dar aquí, movida por la esperanza y el presentimiento de que había más personas como yo. Gracias por escucharme.

jueves, 15 de julio de 2010

De la vida y las montañas rusas

Dice Ronan Keating que la vida es una montaña rusa.
Debe ser por eso que últimamente me hace vomitar en cada oportunidad y estoy padeciendo más de lo que disfruto.
Ciertamente, estoy rodeada de aventureros amigos que aman dejar olvidado a su sistema nervioso en algún punto de la estratósfera mientras viajan sentados y dudosamente amarrados a su asiento en la montaña rusa.
Yo, por descontado no los entiendo y me parecen todos ellos una horda de ninjas suicidas.

No hay nada divertido en una montaña rusa. El tiempo se hace eterno y la normal y sana respiración brinca peligrosamente a la taquicardia. Los asientos parecen blandengues canguros con marsupios más desgastados y corroídos que la madera que le sirve de sostén a tan osado "juego mecánico". La gente grita desaforadamente y no controla sus emociones. Hace gestos que van de lo rídiculo a lo grotesco pasando por lo gracioso y deteniéndose en lo inusual. Suelen oírse las más atrevidas maldiciones y una que otra súplica....
Hay quien sale con una enorme sonrisa y un sentimiento placentero en verdad, otros más salen regurgitando el desayuno de la semana pasada y con la certeza de que es la última vez que se atreven a subirse, he mirado incluso, quien sale con paso firme y seguro, sonriente pero sereno...

Quizá Ronan Keating tenga razón y deba yo aprender a disfrutar las montañas rusas...coff coff...perdonen ustedes, quise decir: la vida.

miércoles, 23 de junio de 2010

Reseña de un ultraje

Me presento ante ustedes, gente del microcosmos, para solicitar su colaboración en ésta, la búsqueda que emprendo para encontrar al infame ser humano que encontró desprevenida a mi humanidad y se sirvió con la cuchara grande.
Presentóse -el responsable- con cara de mártir y con suma maestría me dejó en calzones en tan solo dos horas.

¿Lo robado? Mi chaveta, 70% de mi cordura, 30% de mi memoria a corto plazo, 30% de mi necesidad de sueño, 30% de mi apetito, mis planes para ver "Eclipse", mi gusto por "Diario de una pasión", mis ganas por leer "Rosas en el ático", 80% de mi amor para dar, regalar y aventar pa'rriba, 90% del agua disponible en mi cuerpo ese día, 60% de mi esperanza, 60% de mi felicidad, 40% de mi capacidad para expresarme con claridad y exactitud, 35% de mi capacidad de ubicación espacio-temporal, 1 tazo de calamardo y 2 besos.
Por si eso les parece poco, todavía se dió a la tarea de extraer de entre sus pertenencias una pequeña lija y con ella, se dispuso a desgastar mis manos, mi garganta, mis ojos, mi boca, mi espalda, mis rodillas y mi corazón.


Es todo lo que recuerdo pero seguramente, se llevó mucho más.
Ayúdenme por favor, resulta un asunto de vida o muerte encontrarlo lo más pronto posible.
Su aspecto físico es indescriptible. Pero no hace tanta falta brindarles una serie detallada de características.
El bandido responde al nombre de Ave fénix, aunque en el más estricto de los sentidos, no sea ese un nombre, responde a él al instante.

Es ésta la reseña de mi ultraje. Agradezco su distinguida cooperación.

lunes, 14 de junio de 2010

rola la historia

Parte 5

... Tratas de correr pero antes de que logres dar 2 pasos un jetta negro se detiene frente a ti se abre la puerta del copiloto y se baja un tipo - órale cabrón el jefe quiere verte- dentro de jetta hay otros dos tipos, uno es el chofer y el otro te apunta con una pistola en la cien, tras un largo recorrido te llevan con "El jefe" - Vale madre ¿A dónde vine a parar? me lleva¡¡.Te encuentras frente a "El jefe" y te dice - en dónde esta la maldita caja- tu mirada te delata, de imediato los tipos revisan tu chamarra, - no hay nada jefe- - ¿Cómo que no hay nada? ... te lo voy a preguntar por última vez, en dónde esta la pinche caja? ... no sabes que contestar, estabas seguro que la caja estaba en la chamarra y ahora no hay nada. Te golpean hasta que pierdes la conciencia y al cabo de unas horas despiertas en un cuarto de hospital...Pasan 2, 3,4, días. Viene a tu mente el viejo y recuerdas que en "Av Palmas" guardas la caja pero te descuidas y cae al suelo, a los pies del viejo (quien era un hombre enviado por tu jefe) .Es tu última noche en el hospital, el médico hace su ronda, vez la sombra del hombre acercarse a ti con un objeto , te das rápido la vuelta pero es demasiado tarde, antes de que hagas algo, el tipo te asfixia con una almohada hasta que mueres y lo único que pasa por tu mente es ....y todo por una pinche caja que nisiquiera era mia.


Y con esto damos por concluído el "Rola la historia"....gracias a Onidalas---> http://onidalas.blogspot.com por su colaboración

martes, 8 de junio de 2010

rola la historia

Cuarta parte:
-¡Vacía!, ¿la caja esta vacía? ¡Me lleva la chingada! No había duda era la caja indicada, un hombre murió tratando de evitar que yo la obtuviera, nadie arriesga su vida por algo sin importancia, no puedo haber estado arriesgando la mía por nada-. Ahí esta la caja en el suelo, lo cierto es que nada pareció salir al caer, observas, no hay nada que recoger excepto la propia caja, la tomas y rápidamente das vuelta para ver el interior, y ahí esta, dentro de un molde de plástico a la medida, es un pequeño frasco de cristal con un liquido negro en su interior, lo observas temiendo que este dañada pero parecer ser tu día de suerte... o algo así.
-Apenas serviría para mojar mis labios, esta chingadera además apesta a rayos, pero es muy valioso-. Más valioso que tu vida, por lo menos para Frank, diablos, debe de estar buscándote como loco, hace un par de horas que tenías que entregar la maldita caja, y ni siquiera sabes donde estas, ahora son las muñecas las que te sangran pues has intentado hasta el cansancio zafarte las esposas. Cierras y guardas la caja en tu chamarra. Es hora de caminar, aquí no lograras nada, y a estas horas lo mejor será buscar un taxi y no pensar en como pagar sino hasta el final del viaje, caminas sin rumbo hasta llegar a esta calle amplia, desierta y oscura, la pared a tu izquierda dice “Av. Palmas” y una voz atrás de ti murmura “al parecer si sabes llegar”, es el viejo, ¿Es que nunca se fue? Tratas de correr pero antes de que logres dar 2 pasos un jetta negro se detiene frente a ti se abre la puerta del copiloto y…


¡¡Gracias a Yered--->http://y3y3boy.blogspot.com/ por darle continuación a la historia!!, ¿quién se apunta pa' seguirle?

lunes, 31 de mayo de 2010

Y llegamos al Carajo

¿Que más decir? Creo que después de todo, conseguí quedarme en efecto dormida y fue un punzante dolor de espalda el que me despertó. Seguía yo, recostada en el pasillo de ese tren, convertida en un ovillo.
Nadie dijo nada. Tan solo pude ver que todas las puertas estaban abiertas y el tren estaba detenido por completo a la orilla de un andén sucio y frío.

Me puse en pie y corrí a mi camarote para tomar mis maletas. Era la primera oportunidad que se me presentaba para poder -de una buena vez- descender del jodido viaje al Carajo. ¿de quién había sido la brillante idea de comprarme el boleto?

Como lo decían las cláusulas del boleto, nadie me vió cuando abandoné el tren y tampoco nadie me esperaba en la estación.
Terrible la cosa, ni para arrepentirse...en el momento justo en el que mis dos pies tocaron el polvoso piso del andén, el tren cerró sus puertas y arrancó a toda velocidad.

Me dejé caer de rodillas esperando que algo sucediera. Por descontado les cuento, que nada ocurrió, el cambio más sustancial en aquellos incontables minutos fue el repentino descenso de oscuridad sobre mi cabeza.

No quise ponerme en pie a pesar de que sabía perfecto que debía encontrar un sitio para pasar la noche, no quise mover ni un músculo y en realidad, no tenía ganas de hacerlo. Siendo completamente sincera, la fuerza acumulada ni siquiera me alcanzaba para tal proeza.

Inocentemente, durante las últimas horas me había dedicado a creer que jamás llegaría al Carajo. Me había dedicado a pensar que todo ésto del boleto y del viaje y de la señorita odiosa del carrito era una cruel broma del destino y que tarde o temprano el tren terminaría por dar la vuelta y devolverme a casa.
No era posible que en verdad estuviera allí. No es posible que en verdad esté aquí.

Ladeé mi cuerpo lo suficiente como para dejarme caer -una vez más- sobre el suelo, haciéndome -una vez más- un ovillo. Mis maletas descansaban junto a mí y a pesar del cansancio no pude conciliar el sueño.
Lloré todo lo que hacía falta y de hecho, lloré más todavía. Tampoco eso era posible, no podía yo haber llorado tanto en tan poco tiempo.

¿Y ahora? ¿Qué es lo que sigue?

'rot in pieces' aww that's great...

martes, 18 de mayo de 2010

rola la historia

Tercera parte.

....ya valió madre....es lo primero que piensas al sentir que una mano fría e inoportuna ha tocado tu hombro.
-disculpe joven, ¿no sabe cómo llego a la avenida Palmas?-
-no señor, dicúlpeme...-sigues caminando tratando de recobrar el aliento y dejas atrás al pinche viejito que por poco y te provoca un infarto.

Tu camisa está rasgada y en la escena del crimen dejaste todo cuanto traías, que además, ni era tuyo. Traes a cuestas nada más que una caja de madera que ahora tienes que hacer llegar a su destino para acabar de una buena vez con todo ésto.
Comienzas a preguntarte si los policías intentarán buscarte y vuelves a pensar en el hombre muerto..."Uno más, en ésta ciudad" como bien dijeron los tiras.

Aprietas con tal fuerza la caja que una mano ha comenzado a sangrarte y te percatas de que sigues esposado. ¿Cómo carajo quitarte las esposas?
Cada vez se pone peor...sigues esposado y sigues perdido...los nombres de las calles no te dicen nada y no sé te ocurre a quien podrías sobornar, amenzar o recurrir para que te quiten las esposas.

-pinche lío en el que me vine a meter y todo por ésta caja-
La caja resbala de entre tus manos y cae boca abajo al piso completamente abierta...

rola la historia

Segunda parte.
Los policías sacan sus pistolas, pero saben que no pueden dispararte, no saben qué hacer, se miran uno al otro, piensan en perseguirte, pero posees un cuerpo atlético y ellos, simplemente no podrían correr ni media cuadra, comienzan a preocuparse por el regaño que seguramente recibirán por parte de su comandante.
Sigues corriendo, sin voltear y mucho menos detenerte. No piensas, únicamente sientes que uno de los vértices de la cajita de madera comienza a clavarse en tu mano debido a la fuerza con que sujetas dicho objeto.
De pronto, te detienes, nadie te siguió, miras a tu alrededor y te das cuenta de que no conoces el barrio, estás a salvo, o al menos eso crees. Decides caminar lentamente para recuperar el aliento y encontrar rumbo conocido.
Llegas a una avenida amplia y muy iluminada, piensas que caminar sobre ella es seguro y además, confías en encontrar los señalamientos que muestran el nombre de las calles.
Avanzas despacio, viene a tu mente la persona que falleció y dejaste atrás sin reparar en otra cosa más que tu cajita de madera, la observas, no tiene ni un rasguño y repentinamente, te congelas, alguien ha tocado tu hombro...

rola la historia

Primera parte:
- Ya te cargó la chingada mi chavo.
La caja, tengo que agarrar la pinche caja…
Después de ponerte las esposas y dejarte al lado de la patrulla, el policía se acerca a su compañero y revisan tus documentos.Ahí, a escasos metros de ti, el Bora que te robaste, su cofre deshecho y un poste doblado. Debajo de las llantas traseras un cuerpo inerte al que alguien, solidario, ya fue a colocarle una sabana para cubrirlo. A centímetros del cuerpo, una caja pequeña de madera de la que nadie se ha percatado.
- ¿Cómo ves si decimos que te diste a la fuga?
¿A la fuga?, ¿este tarado de donde quiere que saque el dinero para que me deje ir?. Seguro va a querer miles de pesos que obviamente no tengo. Si los tuviera no habría aceptado esta chamba. Me recarga la chingada. Y ahí sigue la caja; necesito esa pinche caja.
La radio de la patrulla suena. Uno de los policías se acerca a responder. El otro espera una respuesta tuya. Guardas silencio.
- Tan fácil como que te dejamos ir y tu sueltas un varo. Te conviene, un atropellado más otro menos en esta ciudad es lo de menos. Claro que tiene que ser muy buen varo. ¿Cuánto traes?
- Pareja, ya se jodió el asunto. Este güey es importante. Dice el comandante que lo llevemos a los separos en chinga.
- No manches. ¿Ni un pinche quinientón le vamos a poder sacar para soltarlo?El policia se acerca a la patrulla. Tu ya no oyes su conversación. Te hincaste con las esposas puestas y recogiste la cajita. Te echas a correr sabiendo que tu vida depende de esa cajita de madera. Los policías sacan sus pistolas pero saben que no pueden dispararte...
***
En el http://eltianguisbloguero.blogspot.com/ se encuentra esta primera parte de una historia que tiene mucho camino por delante. Se trata de una convocatoria para tener una historia con un mismo inicio pero que va a terminar de muchas formas.
Esto es así, El Agus publicó esta historia en el blog antes mencionado, Casiopea publicó la segunda parte en http://tortugainconforme.blogspot.com/ y yo, publicaré una tercera parte a esta misma historia, convocando a que alguien mas escriba y publique en su blog una cuarta parte, convocando de esta misma manera a una quinta persona a que escriba la continuación, la publique en su blog y haga una nueva solicitud. De manera textual la convocatoria sería así:
1. Quien deseé colaborar con la 2da parte me avisa a través de los comentarios. El primero que diga "yo", "yo le sigo", "uste no se apure que yo me aviento la 2da parte" o cosa parecida queda apuntado y comprometido.
2. Tomando la fecha de su comentario tendrá dos días para escribir la 2da parte y publicarla en su propio blog. Yo la publicaré en éste. Ahora viene lo interesante:
3. Hasta aquí hay 2 autores con la misma 1era y 2da partes cada una en su respectivo blog. Estos 2 autores convocaremos a otros 2 autores más para las 3eras partes (con los mismos requisitos publicados aqui, sin cambiar nada: avisar en los comentarios, dos días para escribir la parte que les toque y publicarlo en su blog).
4. Una vez escritas las dos 3eras partes respectivas tendremos 4 blogs con la misma 1era y 2da parte pero con dos 3eras partes diferentes. Ahora estos 4 autores en sus respectivos blogs convocarán a otros 4 más para la 4ta parte.
5. Una vez que se nos sumen otros 4 autores con sus 4tas partes respectivas serán 8 historias con las mismas 1eras y 2das partes, 2 3eras partes diferentes y 4 4tas partes también diferentes.6. Para las 5tas partes finales serán 8 blogs convocando a otros 8 autores para escribir las 5tas partes respectivas. Aquí la idea es finalizar las 4 historias con 4 5tas partes diferentes . Finalizaremos con 8 historias con un mismo comienzo pero que se irán desviando a caminos insospechados.Es importante que cada una de las 5 partes de la historia sea breve. Es la única limitante que pongo. Hablo de dos o tres párrafos a lo mucho. Estoy consciente que alguna historia se va a cortar por diferentes motivos (no quieran publicarla en sus blogs, no cumplan con los dos días límites para escribir la parte que les toca, vean que en el famoso blog aquel que tiene chorromil seguidores ya habían propuesto algo asi y chafeó re gacho, etc). Sin embargo se que por ahí, muchos de los que escriben un blog, tienen una venita de escritores que les encantaría explorar. A mi también me sucede lo mismo, asi que échenme la mano y veamos que historias nos salen de este proyecto. Muchas gracias

Original de "El Agus"

sábado, 1 de mayo de 2010

Para no hacer el desaire

Ésta mañana, mi papá me ofreció compartir una gelatina de algo parecido al rompope con él.
Le dije que no y dos segundos más tarde me dijo que me la comiera toda "por que estaba demasiado dulce para él", me dió ternura el gesto de mi papá por que era obvio que lo hacía para que yo me la comiera toda sin tener que compartir ni siquiera con él. Una cucharada me bastó para darme cuenta de que no era gelatina si no flan......y tooooooodo el mundo sabe que odio el flan... Sin embargo, me lo comí todo, enterito me lo comí no más para no hacerle el desaire a mi papá...

Ésta tarde, mi hermana me ofreció compartir con ella una michelada, pero estaba justo yo al teléfono llorando como Magdalena (dice la creencia popular..coff coff). Colgué mi llamada y lo último que hubiera querido yo ingerir era cerveza con papas adobadas como botana. Era como la escenificación de una fiesta cuando lo cierto es que yo tenía el ánimo perfecto, el gesto perfecto, el caminar perfecto y el apetito perfecto para un velorio. Sin embargo, me bebí mi mitad correspondiente con una cantidad aceptable de papas adobadas, me la bebí no más para no hacerle el desaire a mi hermana...

Hace unos días, puse en el reproductor la canción más terrible y dolorosa que pude encontrar y me senté a llorar mi pena dispuesta a deshidratarme en los 3:47 minutos que dura. Hundí mi cara en la mesa no sin antes retirar mis lentes y subir a 83 el volumen. La canción no llevaba ni 2 estrofas cuando repentinamente fué cambiada por una mano fantasmal y un tanto atrevida; seguí con la cara hundida en la mesa y no alcé ni una pestaña y hasta me puse a cantar. Me puse a cantar y le puse pausa a mi llanto no más para no hacerle el desaire a la mano fantasmal y atrevida de una de mis mejores amigas...

Hace algunas semanas, me encontraba yo en un sitio más oscuro que la capa del zorro en compañía de mi primo quien me pidió subir por una escalera de madera al techo de la casa que se encontraba sumergida en aquella mórbida oscuridad. Yo tenía tanto miedo como en aquellos pueriles días en que temía que "IT" apareciera en la coladera de la regadera abriéndole paso a su asquerosa corporeidad. Sin embargo, trepé por aquellas escaleras e ignoré la flaqueza de mis rodillas no más para no hacerle el desaire a mi primo...

Llevo varias horas llorando tu ausencia, escondiendo entre las cobijas mis lágrimas cristalizadas, encogiéndome en cada rincón, girando mi cara hacia la pared, dejándome caer en cada oportunidad, vomitando pedazos de mi dignidad y mi cordura, convirtiendo las comisuras de mi boca en un árido desierto...Y no soy capaz de ponerle freno, de taponear la herida, de salir del hoyo...No soy capaz de no hacerme el desaire a mí misma...

miércoles, 28 de abril de 2010

Vayamos al carajo

Y ahí tienen que estaba yo sentada en la última sillita de la sala de espera de la estación de trenes con mi boleto en la mano y mi maleta en el piso.
"Llevo todo lo necesario" me dije a mi misma revisando con la memoria (que sobra decirlo, es perfecta y odiosamente excelente) todo lo que había introducido en la pequeña maleta morada.

-"última llamada para los pasajeros del tren número 574 con destino El Carajo"-

Tomé aire, tomé agua e intenté tomar cordura así que abrí la maleta buscando un poco pero...oh conmoción...el mundo se sacudió con la noticia de que no traía cordura por ningún lado. Desesperada abrí y reabrí todos los compartimentos de la maleta encontrando de todo menos cordura.
Me dejé caer en la sillita e intenté pensar que de todos modos, en El Carajo, seguramente terminaría por perderla toda aunque llevara reservas para todo el año.
Así que...ni hablar, me introduje en el tren justo a tiempo para que su pitido chirriante me destapara los tímpanos y echara mal humor sobre mi falta de cordura.

Ya imaginarán la escandalera que traje en los oídos durante -al menos- media hora. Media hora durante la cual, sobra decirlo, no pude pensar en nada.

Muchos pasajeros empezaron a descender en pequeñas estaciones que se encontraban en mitad de la nada y que yo veía muy pintorescas para ser El Carajo.

-¿no se supone que es éste un viaje sin escalas señorita?- le pregunté a uná mujer diminuta que se paseaba por entre los vagones repartiendo sandwichitos, leche y anfetaminas. La muy odiosa a mí no me ofreció ni un pañuelo de papel, pero eso que importa, de todos modos, no lo necesitaba y de hecho, tampoco lo quería, dado pues, ni siquiera lo hubiera aceptado.
-¿cómo dice?-
-que si no se supone que es éste un viaje sin escalas-
-sí, si lo es, no nos hemos detenido en ninguna estación-
-claro que lo hemos hecho, yo he pasado todo el tiempo mirando por la ventanilla y he visto como una buena cantidad de pasajeros descienden del tren con sus maletas en la mano-
-ah sí, bueno, lo que sucede es que ellos, ya llegaron al Carajo-
-¿cómo que ya llegaron?-
-sí señorita, ellos ya llegaron al Carajo y por eso descendieron del tren-

Miré a la mujer con ojos encolerizados y faltos (ja!) de completa cordura. Yo me iba a quedar en el tren hasta que llegaramos al Carajo y una vez ahí, iba a investigar que diantres quiso decir.
Muchos bajaron pero nadie subió y poco a poco el tren se fué vaciando. Me dió miedo quedarme sola en un tren que iba nada más y nada menos que al mismísimo Carajo.
Decidí volver a hablarle a la envidiosa mujer que seguía paseandose con su carrito oloroso y que cada tanto pasaba por mi lado.

-disculpe, ¿falta mucho para llegar al Carajo?-
-no sabría decirle señorita, ¿es la primera vez que viaja?-
-¿que viajo?, no, no es la primera vez, ya he viajado antes, pero nunca al Carajo y ya me cansé, por que además sigo viendo que mucha gente baja y el tren se está quedando vacío-
-sí, la mayoría de los pasajeros ya llegaron al Carajo-
-eso no es posible, si ellos ya hubieran llegado, yo también ya me hubiera tenido que bajar del tren-
-y entonces, ¿por qué cree usted que se bajaron?-
-por que se acobardaron-
-¿a usted no le da miedo llegar al Carajo?-
-pues...un poco, ya no mucho como cuando recién llegué a la estación, ¿debería tener miedo?-
-no, no hay por que tener miedo, ¿quiere un poco de leche?-
-no, gracias, intentaré dormir-

Dormí mal y poco, y cuando abrí los ojos solo se escuchaba el traqueteo del tren por encima de las vías. Ningún cuchicheo, ningún sollozo, ninguna tocecilla enfadosa, ni siquiera se escuchaban las llantas del carrito repartidor ni los tacones de su conductora.

Prendí la lámpara de mi camarote e intenté leer pero mi falta de cordura para esas horas ya estaba rayando en la desesperación. Cerré mi libro de un golpe provocando que de entre las páginas saliera disparado mi boleto. Lo levanté y me dispuse -por primera vez desde que cayó en mis manos- a leerlo.
Venían escritos con letra de molde mis datos personales:
nombre completo: Paulina VL
edad: 21 años
nacionalidad: mexicana
tipo sanguíneo: Rh O negativo
motivo para viajar al Carajo *nota: ésta información es de suma importancia*
No leí mis motivos para viajar al Carajo pero imaginé que no eran muy honrosos.
En la parte posterior del boleto vanían algunas cláusulas a conocer para "hacer del viaje una experiencia en lo sumo, lo menos traumática posible para el pasajero"

Y ahi tienen que me quedé con ojos de plato al leer la primera cláusula:
1.-Éste es un viaje sin escalas
Pero las cosas se pusieron peor...
2.-Nadie podrá ver cuando usted descienda del tren y nadie estará esperándolo en la estación
Esa cláusula me ponía en una situación un tanto incómoda dado que yo había visto descender a muchos pasajeros, había pues, violado una regla, y como dijera mi mamá, la ignorancia no me absuelve de mis culpas.
Seguí leyendo...
3.-la Señorita del carrito-desayunador se acercará a usted y le ofrecerá con exactitud lo que necesite.
¿carrito-desayunador?, ya llevaba yo ahí, fácil 12 horas, así que desayunador-comedor-merendador hubiera quedado mucho mejor.
4.-El viaje al Carajo es único en su clase y dura el tiempo necesario. Ni un minuto más, ni un minuto menos.

Eso era demasiado para mí. Eso me hacía pensar que cada uno de los que nos subimos a ese tren teníamos nuestro Carajo particular y que a eso se refería la señorita envidiosa cuando me dijo "ellos ya llegaron".
Y bueno...la pregunta de los 50 mil millones viene siendo...¿por qué yo no he llegado?, ¿es que acaso la duración del viaje se corresponde con los motivos para viajar?, ¿entre menos honrosos son éstos, más tiempo dura el viaje?

O peor aún, estábamos en efecto, transitando por el Carajo, que tenía una especie de niveles carajosos y entre más tiempo pasabas en el tren más horrible era el nivel carajoso al que llegarías. Tenía que bajarme, tenía que bajarme pero ya.
Y como en una película de terror barato, no encontré ninguna puerta, ningún interfon, ni siquiera encontré la forma de abrir ninguna ventana.
La falta de cordura me impidió llorar (que es lo más cuerdo que se me hubiera ocurrido en una situación como aquella) y en pleno desuso de mis facultades mentales decidí dejarme caer en el piso y hacerme un ovillo esperando que aquello se detuviera y conociera yo lo horrible de mi propio Carajo...

domingo, 18 de abril de 2010

Domingo de tianguis

Hoy fué Domingo de tianguis y me ví obligada a caminar bajo lonas de colores demasiado vivos como para soportarlos sin fruncir el ceño.
No sé si era yo, pero me dió la impresión de que toda la gente había recibido una dosis desmedida de loratadina; andaban como zombies, chocando unos contra otros y todos contra mí; su paso era lento y mostraban muy poca dirección y escasa conciencia del espacio y la temporalidad.


Ví cualquier cantidad de gente con todos los rasgos faciales que puedan imaginarse, y estoy prácticamente segura de que me encontré muchos que ni siquiera pueden imaginar. Me perturbé descubriendo que todo aquellos rostros compartían algo de lo cual yo carecía.
Todos ellos, además de tener el azul del estupor ocasionado por la loratadina y el blanco de la anestesia neuronal, tenían un brillo que iba del rojo al amarillo pasando por el naranja.


Todos ellos eran felices en diferentes grados ¿y yo?, pues...¿para qué les miento?, había amanecido con humor de anacoreta cuando se encuentra de vacaciones navideñas con toda la familia reunida.
Una descripción detallada de mí, ciertamente hubiera considerado el calificativo "feliz" como última opción.

Y los odié, los odié ipso facto, solo me hizo falta verles la cara a cada uno para que mi estómago se convirtiera en una licuadora de jugos gástricos; incluso los colores de los globos y los sabores de los esquimos se convirtieron en un defecto contundente.
Balbuceé entre otras cosas una gran serie de groseras sentencias y de esa forma volví a casa, con una enorme úlcera gástrica cocinándose debajo de mi blusa...

"con los pelos de punta como un súper sayan señalo con el dedo al cielo clamando venganza, quizá debieran detenerme por que pienso cometer un crimen antes de marcharme"

domingo, 11 de abril de 2010

Desgracia semejante

Me acordé de mí cuando, antaño, quise convertirme en jedi, también me acordé de mí cuando escribí en aquél cuaderno lleno de telarañas (literal) que el amor me daba asco. Me acuerdo ahora, que lo primero, era más bien, un grito un poco desesperado, y que lo segundo, deveras era cierto en aquellos días.

Ando de batalla en un desierto que me es medio conocido, lo cual explica por que en veces, sufro de constantes deja vus.
La contienda del momento se debe a que estoy cambiando...me cuesta trabajo aceptarlo pero es así: estoy cambiando.
A mí que siempre he odiado los cambios me llegó mi hora y estoy en desbalance total.Si ha de existir alguna ventaja en todo ésto es que yo no cambio muy seguido, y la desventaja correspondiente es que cuando lo hago...lo hago en gran medida.

Y bueno, me voy dando cuenta de que lo mejor es sentarme a esperar.

jueves, 8 de abril de 2010

Ganas de vomitar

mhmhmhmhmh (me aclaro la garganta y pruebo el micrófono con un "sí, bueno, bueno, probando")

Hace un rato, sentí ganas de vomitar, no tuve náuseas anteriores al suceso, por lo que las ganas me sorprendieron ingratamente.

Disponíame yo a guardar mi sudadera arrugada, la favorita, ¿ya saben?, la roja que tiene manchas en las mangas y el cordón desteñido, esa misma. ¡Bueno!, disponíame yo a guardarla cuando en el descenso hacia el último cajón, me asaltaron las ganas y tuve aquel espasmo repentino y desagradable de contraer un poco los hombros, jalando hacia adelante la quijada y cerrando los ojos (cómo si aquello, remediara algo). Guardé la sudadera favorita con toda la calma del mundo y pasé mi mano derecha por encima de mi boca.
Fué solo ese momento, y ya había pasado sin mayores contratiempos.

En un chispazo de locura, me coloqué en posición fetal sobre la cama y me arranqué sin pensarlo dos veces aquellas ganas de vomitar; he de decir, a vergüenza mía, que estaban bastante creciditas.

"bueno, y a ustedes...¿qué carajo les pasa?, no pueden andar por aquí así nada más subiéndoseme de repente, yo tengo cosas que hacer y asuntos en que pensar, no puedo andar con la vomitiva entre la cejas, ¿sí se dan cuenta de la inconciencia?, procuren mínimo avisar, ¡o ya de plano salir de tajo!, digo, ¡¡sí ya están ahí en la puerta, nada les cuesta empujarla, caray!!, hace un rato que terminé mi comida y fué de lo más sana, no tienen ni siquiera motivos para andar rondando mi estómago, ¿qué carajo les pasa?"

Cómo era de suponerse, las ganas de vomitar no respondieron. Esperé un largo tiempo en silencio, pensando en aquél momento odioso...

a lo lejos oí los primeros ruidillos de esa buena canción "everybody wants to rule"...
"es tu celular pendeja", me gritaron las ganas de vomitar, precipiándose entre mis ojos...


Justo cuando colgué...volvieron a mostrárseme gritando "¿sí te das cuenta de lo loca que estás?, te enojas con nosotras cuando eres tú la que nos trae a rastras cada vez que quieres saber algo de él y no lo consigues, éste amor que tú dices, te va a terminar matando...o al menos va a terminar uno de éstos días, con una de tus comidas, en el desagüe"

Me quedé en stand by...las ganas de vomitar tenían mensajes ocultos. Las ganas de vomitar se estaban portando más sensatas y coherentes que yo.


¿Qué les digo?...no ignoren nunca sus ganas de vomitar...tienen fama de traer enfermedades y bebés, pero las más de las veces, traen mensajes ocultos...a veces...son generosas y traen las tres cosas de una sola vez...

lunes, 15 de marzo de 2010

irremediable

En veces, irremediablemente, uno se esfuerza por joderse la vida, por ponerse a triste a fuerza de golpe cuando razones no hay.
En esas veces, uno pone las canciones con la letra más temible y se sienta en el rincón más oscuro, sofoca uno, sin ayudas, todos sus deseos. Come de a poco y se desabriga el cuerpo para provocarse temblores que se crean escalofríos para más tarde sentir débil el cuerpo.

El ser humano es si acaso el especimen más extraño y viendo como se derrumba todo bajo su piel, en vez de gritar por auxilio o movilizarse para conseguir no caer del todo, toma asiento, se reclina y se detiene a admirar la función, a aplaudir el show, a apreciar el holocausto de su autoestima. El ser humano es un maldito predador de sonrisas propias, de suspiros, de ánimos. Es un sembrador de ojeras, de cansancio, de manos frías.

Resulta irremediable pedir algún cambio cuando las cosas se ponen así. Cuando tu yo interno ha tomado entre sus dedos los pinceles y ha corrido en busca de la paleta de tonos grisáceos, más vale sentarse y esperar a que termine con todo el trajín de máscaras...

sábado, 30 de enero de 2010

Un pequeño silencio.

Muchas de las veces, mis esfuerzos no son suficientes y tú no terminas por entenderme. Otras tantas de las veces, no hago ni el menor esfuerzo por que me entiendas, pienso, sencillamente que no vale la pena.
¡Digo!, tú tampoco te esfuerzas por escudriñarme, debemos establecer un acuerdo que diga claramente que no te facilitaré por entero el camino. Es tarea de dos, así son las cosas.

De cada diez obreros que salen por esa, tu puerta, ocho tienen malas intenciones y los otros dos, son holgazanes. Es preciso que sepas que ya me agoté de buscar sin éxito algo bueno que obtenerles. ¡Sólo me dan más trabajo!, ¡y el ya hecho lo desmoronan poco a poco!
Tú no me estás ayudando...y la empresa se va a pique.
Quiero salvarla, en serio que quiero. Pero sola no puedo hacer gran cosa.

Siempre has dicho que estoy mal, no es errada la idea. Yo misma sé que estoy mal, pero igual jamás te detienes a pensar que todas las deficiencias existentes en el mundo y en las cosas, tienen un motivo, bueno o malo, pero motivo al fin.
Hay algo dentro de mí que necesita reparaciones y no te has preocupado por saber que es.

Dame un pequeño silencio, brevísimo igual que tu paciencia. Abre los ojos y cierra la boca.

Venga mamá, que yo te espero...aunque no quiero...