martes, 13 de septiembre de 2011

Viendo TV


Hace un par de horas estaba yo sentada frente al televisor sintonizando un programa de revista. De pronto, uno de los presentadores anunció y comentó un video en el que se podía ver a un hombre sosteniendo 8  pequeños platos con su respectivo vaso para té (el hombre era -según el presentador- egipcio, ahí el motivo de que sean vasos y no tazas). Una vez que logró sostener todos los platos, se dispuso a colocar 4 más de éstos en fila sobre una mesa que tenía a su costado, enseguida, con la mano derecha vertió un poco de té en el total de los 12 vasos, terminado ésto se dispuso a colocar en forma de torre los 4 platos de la mesa sobre los 8 que ya sostenía con uno de sus brazos. 
Podía verse que el hombre en cuestión trabajaba en un restaurante: llevaba un delantal blanco tipo mesero y a sus espaldas se podía ver una barra con tarjas de metal y ollas colgando de una viga metálica. 

Imagino que una vez que logró la proeza de colocar los 4 platos en torre, se dispuso a salir de la cocina y entregarlos a los comensales; el video terminó antes de que pudiera confirmarlo. 


El resto de los conductores del programa, comentaron el video con el presentador, girando sus comentarios en torno a la destreza y habilidad del mesero. Justo antes de que se presentara un nuevo video, una de las conductoras dijo: 
"- tráiganlo, yo lo contrato para mi casa-"
Nadie prestó mucha atención al comentario y prosiguieron a reproducir un video más y comentarlo.
Tal vez yo debí hacer lo mismo que ellos e ignorar el comentario de la conductora por que al final, resultaba irrelevante que lo dijera, irrelevante e incluso obvio y predecible.
Pero lo cierto es que pensé ligeramente en ello.

El hombre-mesero tiene talento para servir en un solo "viaje" 12 vasos de té, ¿qué va a hacer en una casa? Sin importar a quien pertenezca dicha casa. En ningún momento se dijo que él prepara el té o que también fuera un gran cocinero, su talento es servir sin derramar y sin romper 12 vasitos de té.

La conductora pasa fuera de su casa más de medio día y vive únicamente con sus 2 hijos. Suponiendo que en realidad terminara por contratar al mesero, el hombre en su casa vendría siendo más una atracción para las visitas que un mesero.

Tal vez resulte exagerado pensar que realmente lo va a contratar puesto que lo dijo en un momento en el que resultaba lógico decir algo así como una forma de "reconocer" el talento del hombre, sin embargo yo siempre he pensado que uno debe poner especial cuidado en lo que dice.
Nuestras palabras dicen mucho más de nosotros de lo que cualquiera se pueda imaginar.
La conductora estaba reconociendo la habilidad del mesero y en automático pensó en tenerlo para ella misma, para su casa y su deleite aunque el hombre únicamente pudiera servir grandes cantidades de té 1 vez por mes.

Me parece muy egoísta por su parte señora conductora querer hipotéticamente contratar para su servicio doméstico a alguien que encontró su habilidad y el lugar para desarrollarla en un lugar público, donde atiende a decenas de personas a diario.

Me quejo no de la conductora, si no de la actitud de querer para nosotros algo que brilla justo donde está.
Dejemos que cada quien encuentre su lugar sin pretender acaparar todo "lo mejor".

No llevemos la ambición a la frontera del absurdo.