jueves, 25 de octubre de 2012

Días de muertos

Ésta mañana vi en el frente de una casa cercana a la mía, una sábana manchada de rojo que cubría un bulto que descansaba en el pavimento. Tras la obvia impresión, caí en la cuenta de que no había ninguna cinta de "no pase" ninguna patrulla, ningún curioso, ningún nada. Mi madre me señaló -no sin ironía- que obviamente aquello era por el halloween.
A mi me pareció excesiva la forma de "asustar" al transeúnte con ese pretexto y rápidamente expuse mi queja ante la única que podía escucharme en ese momento: mi madre. "Pero es que los niños..." alegué yo."Los niños de ahora saben perfectamente de que se trata la situación, los más pequeños no alcanzan a entender lo que tú sí entendiste y los más grandes no creen que sea verdadero" dijo ella.
No discutí más pero continué pensando en todo ésto del halloween y concluí por primera vez en mi vida (durante un tiempo creí que el día de muertos y el halloween podían llevarse bien y sobrevivir a la mezcla en santa paz) que es algo verdaderamente ajeno a nosotros, mexicanos. Rechazo abiertamente desde hace varios años éste "festejo" pero siempre lo había hecho bajo un motivo vago y de discurso pre-diseñado: "no es un tradición mexicana" y si bien, no es una tradición autóctona, actualmente está considerablemente arraigada en la gente.
Pero volviendo a mi conclusión, puedo afirmar que es algo muy ajeno en lo más íntimo del
mexicano y que incluso resulta un factor contra-cultura por que apela al miedo. Los hallowinistas se disfrazan para infundir miedo y sienten  miedo por morir y por todo lo relacionado con la muerte. El mexicano por el contrario, no teme morir (o al menos, el mexicano antiguo, el no alienado), ve la muerte como parte de la vida misma. Pero lo ve de éste modo con toda su fe, no de dientes para afuera.
No comparto la opinión generalizada de que el mexicano "se burla de la muerte", más bien creo que la reconoce, que no la niega y la hace parte del cotidiano y por eso la viste de catrina y le escribe poemas, la
pone en la mesa y la regala al amigo por que para el mexicano la muerte está ahí, todos los días y no  hay motivo para temerle. Se les recuerda a los muertos y se les llevan flores y ofrendas, por que ellos también están ahí...

Comprendo que hemos adoptado -en cierto modo- todo éste merequetengue del halloween, pero espero con ferviente deseo, que dicha adopción si sea de dientes para afuera...y que por dentro (incluso de forma inconsciente) mantengamos vivo al mexicano que no le teme a la muerte pero que tampoco la  venera, simplemente la reconoce y le pela los dientes en una sincera sonrisa...

lunes, 10 de septiembre de 2012

Taco de la mexicaneidad

En el año 2000 yo cursaba el 5° grado de Primaria y un día como cualquier otro, estaba sentada en mi mesabanco doble, prestando atención a la clase.
En cierto momento del día, comenzamos a revisar el tema correspondiente a Geografía. No recuerdo con exactitud las palabras que componían el título de la lección, pero recuerdo claramente que era algo sobre "Actividades económicas". Leímos el libro de texto, seguramente hicimos algún apunte y cuando la maestra explicaba al frente de la clase y dibujaba/anotaba ejemplos y aclaraciones en el pizarrón, sóltó la frase: "Por eso se dice que aquel que no ha comido un taco de frijol con chile, no es mexicano"...
Me pasé el resto de la clase y gran parte del día tratando de recordar si  alguna vez había comido un taco de frijol con chile...No recordé haberlo hecho y en algún punto de mi inconciencia me sentí menos mexicana.

Cada vez que revivo aquel momento, me pierdo tratando de recordar si en alguna ocasión he ingerido aquel taco muestra de mexicaneidad...Y aunque seguramente lo he comido en múltiples ocasiones y variantes, nunca consigo recordarlo cuando me acecha mi memoria infantil...

Que curiosos son los momentos que la gente recuerda y que impacto tiene lo que decimos sobre las mentes infantiles.