lunes, 15 de marzo de 2010

irremediable

En veces, irremediablemente, uno se esfuerza por joderse la vida, por ponerse a triste a fuerza de golpe cuando razones no hay.
En esas veces, uno pone las canciones con la letra más temible y se sienta en el rincón más oscuro, sofoca uno, sin ayudas, todos sus deseos. Come de a poco y se desabriga el cuerpo para provocarse temblores que se crean escalofríos para más tarde sentir débil el cuerpo.

El ser humano es si acaso el especimen más extraño y viendo como se derrumba todo bajo su piel, en vez de gritar por auxilio o movilizarse para conseguir no caer del todo, toma asiento, se reclina y se detiene a admirar la función, a aplaudir el show, a apreciar el holocausto de su autoestima. El ser humano es un maldito predador de sonrisas propias, de suspiros, de ánimos. Es un sembrador de ojeras, de cansancio, de manos frías.

Resulta irremediable pedir algún cambio cuando las cosas se ponen así. Cuando tu yo interno ha tomado entre sus dedos los pinceles y ha corrido en busca de la paleta de tonos grisáceos, más vale sentarse y esperar a que termine con todo el trajín de máscaras...