lunes, 8 de noviembre de 2010

Estereotipo

Ésta mañana me tropecé con un estereotipo, lo describiré por mero trámite: Llevaba una falda corta, con una ligera abertura en la pierna izquierda, la falda era negra por supuesto y sus piernas eran largas y bien torneadas, obviamente, iban bien disimuladas por unas medias color natural; la falda dejaba ver sus rodillas: dos pequeños óvalos sonrosados y no se observaba en ellas ningún rastro de aquella aventurera infancia que supuse tuvo.

Sus pequeños pies calzaban unos puntiagudos tacones rojos a juego perfecto con el tono de su blusa de mangas cortas y que llevaba dos botones sin abrochar, lo que dejaba al descubierto algunos centímetros de una delgada cadena de plata de la que colgaba un relicario con forma de corazón.
Pasaba ya del mediodía así que la ausencia de un saco, suéter o similar se encuentra bien justificada.

Llevaba en las manos algunos papeles carentes de aparente orden y un pequeño maletín tipo portafolios pero mucho más femenino.
Su largo cabello rojo artificial volaba con el viento y caía sobre sus hombros dibujando un hermoso y lacio marco, un fleco de lado y peinado a la moda adornaba su frente y completaba la imagen.
¿Qué más puedo decir? Suficiente maquillaje y un rubor muy natural, labios rojos y brillantes, rimel y aretes discretos pero visibles.
Era delgada y atrayente. Yo no podría definirla como guapa por que no sonreía y caminaba muy deprisa, sus ojos se fijaban siempre en las cosas más insulsas: los tacones de la chica de al lado, el rostro del hombre que fumaba un cigarrillo en la parada de autobús, los escaparates, el reloj...

Tropecé con ella y con su mundo veloz, y giró sobre sus tacones para mirarme de reojo y dirigirme un "¡au!, ¡ten cuidado!"
¡¡Lo siento!! alcancé a gritarle con la esperanza de que al menos un grito sin sentido se colara entre el ruido de la ciudad y el tránsito vehicular.

Ya no quedan muchos como ella...la mayoría los atrapamos en novelas y cuentos de fantasía...
Debe ser por eso que va tan deprisa...huyendo de los subversivos que poco a poco y a punta de machetazos aniquilamos eso, que debiera ser.