martes, 7 de junio de 2011

Compartir

Yo tengo algunas cosas para compartir, no son muchas realmente y quizá tampoco tengan el sello de la mejor calidad pero están ahí, a la orden para compartir.
Tengo un par de abrazos y muchas palabras, tengo tiempo y espacio en un sillón, en una silla y en una mano. Tengo un beso pausado y una historia infinita, un olor a lilas y brisa matutina, un pedazo de papel y una cuchara.
Tengo canciones, caramelos y una sonrisa insistentemente chueca. Tengo muchas quejas y pasajes históricos. Un audífono, un "sí", un "no", un mal humor.

Y todo...para compartir. Del verbo: vívelo conmigo. No puedo regalártelo, perdóname. Ni a tí ni a nadie. Lo compartiremos y será nuestro, pero no puede pasar a ser solo tuyo, lo siento.

Mucho tiempo entre caminar y correr, regalé abrazos y ya sólo me queda un par, aventé sin mirar mis palabras y se olvidaron, envolví en pequeñas cajas mucho de mi tiempo y lo vi malgastado. Al dar el espacio de mi sillón y de mi silla, yo misma me quedé en el suelo. Mira mi mano, se ha hecho de cicatrices de tanto darse y olvidarse. Mi beso se pausa de miedo, no de ansiedad y al escuchar la historia infinita, podrás sentir las omisiones, los pedazos rotos, los inconclusos. De las lilas y de la brisa sentirás apenas una caricia y el papel que te ofrezco está arrugado y tiene borrones. La cuchara es de peltre y pareciera sacada de una película mexicana. Las canciones son cortas y con melodías tristes y es muy probable que no las hayas escuchado antes y tengas que prestarles mucha de tu atención; de los caramelos ¿qué puedo decirte que no sepas ya? seguramente te los daré en cantidad para después asaltarte furtivamente uno en cada oportunidad. Mi sonrisa chueca poco fotogénica y cada vez más inconstante. Mis quejas inacabables e incompresibles y pasajes de historia que cuento como si lo hubiese vivido...lo mismo la guerra de Vietnam que los asesinatos de chilenos allá por los 90's. Cosas que aburren a la gente... Mira si he de ser necia que te comparto un audífono para no perderme ni un segundo de lo que puedo ofrecerte. El "sí" que te puedo compartir, viene a cuenta gotas y llega de forma inesperada, el "no" te lo doy en un grito y en un sollozo inaudible. Te ofrezco vivir conmigo un mal humor del que no siempre serás protagonista...

Soy consciente de que no te ofrezco mucho y de que encima, te pongo condiciones. Pero ésta soy yo. Al menos puedo asegurarte que todo lo que te comparta, nunca te hará falta y siempre estará ahí tomando la forma de mi voz y de mi cuerpo.