sábado, 26 de febrero de 2011

Pido un aplauso

Parece que ya se ha vuelto costumbre eso de escribir cuando no ando de muy buen humor.

Estoy sentada en esa silla que hace ya varios meses mi padre me comprara en mitad del camino; uno más de esos caprichos de niña pequeña que el señor tiene a bien -y a mal- cumplirme. Me encuentro frente a la vieja mesa de mi abuela de la que pude obtener la custodia gracias a los poderes de mi madre. Al comenzar ésta entrada, se escucha "Lo pasado, pasado" en voz de "La maldita vecindad", con ellos o con José José o con Juan Gabriel, o con algún aventurero del karaoke, todos la hemos escuchado, al menos una vez.

Hoy me supo diferente. Hoy si sentí que lo pasado ya no me interesa, y pido un aplauso por ello. No lo pido por el amor que a mí llegó por que ese, se esconde y encuentra escondrijos cada vez que alcanzo a divisarlo, pero al menos, tengan, mis estimados, la indulgencia de aplaudir junto conmigo por que lo pasado, ya no me interesa.

sábado, 19 de febrero de 2011

Asuntos importantes

No tengo muy buen humor el día de hoy.
Me preocupa mi tesis y mi titulación. Sé lo que tengo que escribir y sé como escribir, pero no logro conectar ambos saberes.
Pesa demasiado sobre mi mano -y aún más- sobre mi cabeza todo lo que se espera de ese documento, todo lo que se rumorea sobre mí escribiéndolo. Jamás he sabido rendir cuentas de lo que hago y por el momento no es la excepción. Escribir algo y pensar que en pocas horas mi asesora lo estará leyendo, me congela; encuentro entre mis palabras, mil errores que seguramente ella verá y ante los que marcará correcciones con tinta roja.
Mi asesora es una bella persona y me tiene paciencia, no quiero que ésto se malinterprete. Seguramente lee mis trabajos como lee los del resto de mis compañeros y corrige los mismos errores, pero mi egocentrismo me hace pensar que les presta una especial atención, y por lo mismo, las cuartillas se reducen cada vez un poco más y mi mente se cierra con mayor ahínco.
No quiero quedar bien y tampoco quiero impresionar a nadie; a decir verdad, no sé muy bien lo que me pase. Sólo sé que voy lento, excesivamente lento y que eso me preocupa.