Estoy sentada en esa silla que hace ya varios meses mi padre me comprara en mitad del camino; uno más de esos caprichos de niña pequeña que el señor tiene a bien -y a mal- cumplirme. Me encuentro frente a la vieja mesa de mi abuela de la que pude obtener la custodia gracias a los poderes de mi madre. Al comenzar ésta entrada, se escucha "Lo pasado, pasado" en voz de "La maldita vecindad", con ellos o con José José o con Juan Gabriel, o con algún aventurero del karaoke, todos la hemos escuchado, al menos una vez.
Hoy me supo diferente. Hoy si sentí que lo pasado ya no me interesa, y pido un aplauso por ello. No lo pido por el amor que a mí llegó por que ese, se esconde y encuentra escondrijos cada vez que alcanzo a divisarlo, pero al menos, tengan, mis estimados, la indulgencia de aplaudir junto conmigo por que lo pasado, ya no me interesa.
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